El 56% de los usuarios querrán su pedido el mismo día: ¿lo lograremos en México?

Las ventas de fin de año y el pasado Buen Fin dejaron la vara más alta que nunca. En 2024, el programa rompió su propio récord y cerró con $173,800 millones de pesos vendidos, un crecimiento de 15.5% frente al año previo; dos señales claras de que el consumidor mexicano compra más… y exige más.
Esa exigencia hoy se traduce en inmediatez. De acuerdo con Capital One Shopping Research, 56% de los compradores online de 18 a 34 años esperan este fin de año entregas el mismo día de su compra; además, 74% ya considera normal recibir su pedido en no más de dos días y 88% valora el rastreo en tiempo real como parte clave de una buena experiencia. En otras palabras: la ventana de espera es mínima.
¿Puede México responder a esa expectativa en temporada alta? Ilan Epelbaum, director general de Mail Boxes Etc señala que la respuesta a este tema depende de la capacidad de paquetería y mensajería, desempeño de nodos portuarios y una orquestación fina entre inventario, rutas y horarios de corte.
“Cumplir con entregas ‘mismo día’ en picos, requiere decisiones operativas simples pero consistentes. La primera, es acercar el inventario; no basta con tenerlo en el país: hay que tenerlo en hubs urbanos desde donde sea viable una entrega en horas. La segunda, es multiplicar las ventanas de salida; resulta clave operar con un 4PL que brinde acceso a más de un carrier, para que la saturación de una red no detenga toda la operación”, señala.
Expectativas y retos de fin de año 2025
La experiencia reciente sugiere que la demanda seguirá intensa. La AMVO, en su Reporte de Resultados El Buen Fin 2024, documenta una participación digital y omnicanal en ascenso: más búsquedas, más tráfico y más compras que inician online incluso si terminan en tienda.
Ese patrón no se detiene en diciembre: se traslada a Navidad y Año Nuevo, con “picos” de última hora donde la entrega rápida se vuelve decisiva. Si la logística no acompaña, la venta se puede convertir en quejas o una mala experiencia del comprador.
¿Dónde se podría “atorar” México?
- Capacidad de transporte y distribución. Aunque el comercio electrónico crece a doble dígito cada año, la infraestructura de reparto no se multiplica al mismo ritmo. Las empresas de paquetería y mensajería enfrentan límites físicos: número de vehículos, personal, puntos de entrega y rutas disponibles. Depender de una sola podría ser un error cuando existen los fourth party logistics (4PL), que tercerizan los procesos mediante las principales paqueterías del sector, además cuentan con una infraestructura propia para crecer el margen de maniobra.
- El segundo cuello de botella está en los nodos de entrada y distribución, los puntos donde llegan y se redistribuyen las mercancías importadas. Según datos oficiales, el movimiento de carga y contenedores en los puertos mexicanos se acelera durante el último trimestre de cada año, reflejando el aumento de importaciones para abastecer la temporada alta.
- El tercer factor para considerar es la brecha entre la promesa comercial y la realidad operativa. Ofrecer entregas en el mismo día suena atractivo en el anuncio, pero cumplirlo requiere que el inventario esté físicamente cerca del comprador. Si el producto está en otra ciudad o en un almacén periférico, cada kilómetro adicional se traduce en horas. Ningún comercio quiere que la “promesa de inmediatez” se transforme en quejas por incumplimiento o cancelaciones de último minuto.
Este fin de año no se trata solo de tecnología, sino de tiempo y proximidad. Cumplir el “mismo día” en México es posible, pero exige coordinación entre todos los eslabones, desde la planificación del embarque hasta el intermediario que gestiona el proceso logístico y el mensajero que toca la puerta.